Tantos cambios en todos estos años para no lograr absolutamente nada. Tantos pactos, tantas luchas... tan solo para poder volver al punto de partida debido a la incompetencia de algunos mortales.
Uno mira al pasado y ya no sabe con certeza qué le une a aquella época... Una época en la que los Dioses trabajábamos por el Equilibrio; un Equilibrio que sólo beneficiaría a los mortales que más tarde nos lo agradecieron con la traición. La misma época en la que nuestros eternos rivales sufrían del mismo modo en manos del que fuera su rey. Tiempos en los que el sentimiento de venganza iba forjando lazos de sangre entre las fuerzas más poderosas de la historia, sin importar las disputas pasadas.
Odio, celos, ira... e incluso amor... todos ellos insignificantes bajo la sombra del poder de la venganza. Un potente sentimiento que poseemos tanto mortales como Dioses y que nos une como una sola mente; un oscuro elixir que maximiza nuestra fuerza y se alimenta de la destrucción a nuestro paso, otorgándonos con ello cada vez más poder. Un absorbente sentimiento que se ha de disfrutar para poder entender la magnitud que alcanza.
Una nueva era ha nacido, y trae con ella la más grande y poderosa fuerza que jamás haya existido, la única y actual que gobierna en toda Sosaria sin oposición alguna. Una fuerza que alberga la ira de los Dioses, el poder de los Mensajeros de la noche, la furia de los Vengadores, la protección de los Guardianes y la ansias de sed de los Vampiros. Una fuerza que se rige por el más poderoso de los sentimientos y que no cesará hasta haber completado su venganza. La fuerza Revenge.