Capitán General de la Milicia:
Rhodes: Ex General de la guardia de Magincia, a Ordenes del Rey Alnorld.
Historia
Rhodes soldado nacido en la ciudad mágica de Magincia el cual a los doce años ya demostraba grandes dotes en el arte de la magia. Tras terminar sus estudios en el concilio de magos viajó a Trinsic para aprender la lucha cuerpo a cuerpo, para ello se inscribió en la alta escuela de caballería, en la que se convirtió en Paladín.
En Britain el Rey Arnold escuchó hablar de un joven con un gran talento en la lucha cuerpo a cuerpo y el arte de la magia, siendo así de gran utilidad para el reino y mandó a sus subordinados a buscarle. Rhodes se presentó frente al Rey Arnold el cual estaba muy interesado en contratar sus servicios como guardia personal, el joven soldado aceptó su propuesta sin saber qué le aguardaba la vida...
Tras años de servicios, el Rey Arnold lo nombró General de la Tropa Defensiva del Reino, Tropa encargada de proteger y defender las ciudades de los invasores. Desde ese momento junto a su pequeño ejército, fue cumpliendo cada orden impuesta por el Rey Arnold.
Llegado ya a la edad de 36 años, decide dejar el ejercito y volver a su querida Magincia y poder ver a su familia y amigos, los cuales no supieron nada de el desde que se marchó a Trinsic para completar su formación de guerra. En Magincia coincidió con una vieja amiga del concilio de magos, con la que finalmente se caso y tuvo una hija.
Pasados los años el Rey Arnold, obligó a Rhodes con 40 años de edad a retomar sus obligaciones, ya que una de sus ciudades estaba siendo amenazada por todos los asesinos de Sosaria, muchos de sus generales e incluso la gran facción Alianza no eran capaces de defenderla y huían de la batalla. Rhodes se negó en un momento ya que estaba retirado y su prioridad en ese momento eran su mujer e hija.
Buccaneer`s Den la ciudad atacada por los asesinos ardía en llamas y sus habitantes estaban ya casi todos muertos, Rhodes y un grupo pequeño de jóvenes algo inexpertos eran la ultima oportunidad que tenía el Rey Arnold de conseguir que los asesinos no tomaran la ciudad. Rhodes finalmente aceptó la tarea de proteger la ciudad y fue a la batalla sabiendo que moriría en el campo de batalla, pero era una decisión que él había tomado, ya que tenia que evitar que los asesinos tomasen el poder de esa ciudad, luego atacasen otras y una de esas ciudades podría ser Magincia.
Ya en el campo de batalla, él y su pequeña tropa a su mando se enfrentaron a los asesinos, compuestos en su mayoría por la Guardia Negra, y piratas, llegando a tomar el control de uno de los puntos claves para conseguir la victoria. Pero fue en ese momento, unas horas después de tomar el control de esa zona, cuando un mensajero llegó para transmitir el mensaje de que Magincia estaba siendo atacada por un pequeño grupo de piratas Corsarios. Rhodes tenía que tomar la decisión de seguir en el campo de batalla en Buccaneer`s Den o defender la ciudad de Magincia en la cual había nacido y compartido sus mejores momentos, sin dejar de lado que allí se encontraban las dos cosas mas importantes para un hombre, su mujer y su hija.
Rhodes nombró al mando a su sucesor y le dejó a cargo de defender la zona hasta su llegada, puesto que decidió luchar por aquello que de verdad para el tenía sentido, Magincia corría peligro y con ella su familia, amigos...
Una vez en Magincia se percató de que toda la ciudad había sido saqueada, sangre y muerte por todos lados, corrió rápidamente a su hogar y allí estaban su mujer e hija tumbadas en el suelo, sin vidas ni almas, cuales cuerpos desfallecido sin ningún tipo de aliento mostrando así su inevitable sentencia, había fallado en lo único que de verdad le importaba...
Al día siguiente dando entierro a su mujer y hija aun con el dolor y la culpa de no haber podido hacer nada, guardias reales le llevaron preso.
Una vez en Britain fue juzgado por traición, puesto que la ciudad de Buccaneer`s Den había caído en manos de los asesinos y toda su tropa fue derrotada, culpándole a Rhodes de tal desgracia. El propio Rey Arnold fue quien lo acuso y juzgo, condenándole a la horca.
Rhodes como Ex-soldado de la guardia real, conocía cada punto flaco de la prisión de Britain, con lo que uniendo sus conocimientos y grandes dotes en el arte de la magia y la lucha logró huir de ella. Pasó a ser un fugitivo buscado por todo el reino, allí donde fuera, su cabeza tenía un precio.
Rhodes guardaba un gran rencor y odio contra aquellos que destrozaron su vida...
“¡Malditos Alianzas cobardes, no son capaces de cumplir su tarea y defender Buccaneer`s Den, ni el reino de Sosaria, cobarde también tu Rey Arnold!, que me acusas de traición, a mi que he dado todos los años de mi vida por defender tu reino y no eres capaz de mover un puto dedo por mi ciudad Magincia, la dejas en el olvido y desprotegida. También maldigo a los Guardia Negra, cuya facción lleva el caos allí donde van, destruyendo y matando gente inocente, y no me olvido de los Piratas Corsarios, que saquean las ciudades, matando incluso a mujeres y niños...”
Rhodes pasó mucho tiempo huyendo de la gente que pedía su cabeza, pero llego un momento en el que se cansó de huir, y fue entonces cuando conoció a tres hombres los cuales, por muy increíble que pareciese, compartían sus ideas.
Zokorast: Ex-asesino de la Guardia Negra temido por toda Sosaria.
Neale: Ex-pirata Corsario siempre fiel a sus ideales.
Dinox: Ex-soldado de la Alianza a ordenes del Rey Arnold.
Todos ellos con una tropa de soldados detrás que ya conocían cada facción a la que pertenecían... En un tiempo pasado eran todos enemigos, pero cuando Rhodes habló:
“De hoy en adelante las disputas entre nosotros quedará en el pasado, impartiremos una nueva orden de ley, la nuestra, impartiremos la verdadera justicia y mataremos a cualquiera que se imponga contra ella.”
En ese momento todo cambió, llegaron a la conclusión de dejar atrás el ser enemigos y todo aquello por lo que habían luchado, para luchar por un fin común, la conquista del reino, tomar el control de todas las ciudades e implantar su propia justicia, la que entre todos veían verdadera, matando a quien se interpusiera en su camino, y fue así como asesinos y soldados de valor se unieron y formaron un gran ejército, siempre al mando de Rhodes, el Gran Capitán General de la gran Milicia.