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Tema: La Gran Resaca

  1. #1

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    July-2007
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    La Gran Resaca

    Eldran se despertó con un dolor de cabeza terrible, ese brebaje de la taberna de Skara Brae era puro veneno, tras intentar incorporarse repetidas veces en vano, decidió ceder al sueño que se apoderaba de él de nuevo. Se despertó con un ardor insoportable en en el estómago, se incorporó de medio lado y vomitó lo que parecía ser una bola de pelos. ¡Rayos! - pensó - la comida también era asquerosa... ¿cómo era el nombre de aquel antro cerca del puerto... Pepe Sardino?. Decidió que no importaba, la cuestión era saber donde se encontraba ahora.

    Con un rapido vistazo examinó sus alrededores, solo para darse cuenta de que no veia nada más allá de dos palmos, la oscuridad era intensa, solo alcanzaba a ver el tronco de un viejo arbol retorcido por el tiempo, y no se oía allí más sonido que el de su propia respiración y el de algunos animales arrastrandose.

    Tras incorporarse y con la cabeza dandole vueltas todavía, se apoyó en el arbol, estaba frío. Bien - pensó - ¿que has hecho esta vez Eldran de Cove?, no será algo peor que cuando emborrache al caballo del alcalde con belladona y se lo di de comer al dragon de Covetous y se paso tres dias dando tumbos por las minas espantando a los mineros... o cuando solte el kraken en medio de la boda del gran mago de Britain... uf, casi termino siendo una rana, aunque fue muy gracioso ver al gran mago con las barbas llenas de tentaculos.

    Mientras estaba distraido en estos pensamientos notó una desagradable sensación que le recorría el pie y al agacharse para mirar vió algo que lo dejó helado... era una mano huesuda seguida por un huesudo brazo de un asqueroso esqueleto carcomido, ¡y se movia!, con un gran grito salió corriendo en cualquier dirección y tras tropezar dos veces y caer al suelo, alcanzó a chocar con algo metalicó parecido a una verja, rebuscó nerviosamente y encontró un pestillo, lo abrió y salió a toda prisa como alma que lleva el diablo, atravesó un girón de niebla y ¡bam!, se hizo la luz.

    El dolor era cegador e intenso, le ardían los ojos y cayó al suelo desorientado y nervioso, poco a poco el dolor fué remitiendo y se encontró con que estaba en un hermoso camino, en un lugar campestre, se incorporó despacio y miró hacia atras, había un letrero de madera con unas letras enormes que decía "CEMENTERIO DE JHELOM. CIERRE LA PUERTA AL ENTRAR." Wops, ¿cementerio de Jhelom?, entonces unas imagenes difusas le vinieron a la mente, algo sobre una enana barbuda y una competición de beber... no se que brebaje... algo con ¿madera magica?, ¡por dios!, eso excedía todo lo humanamente aceptable, iba a estar meando de colorines una semana.

    Mientras intentaba recordar, una cara esqueletica surgió de la niebla, - ¡vaya! - pensó - los esqueletos se están escapando del cementerio, bueno, esto va a ser divertido, yo por mi parte no pienso quedarme aquí para ver como van a comer a casa de sus familias - Rebuscó rápidamente en su bolsa, sacó una piedra, la frotó con nerviosismo mientras gritaba "A CASA!" y desapareció en un banco de niebla...

  2. #2

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    La Gran Resaca - Los ilustres señores

    ¡SHAZAM! - Eldran apareció con la cara llena de hollín y pelos de loco en lo que parecía ser un yermo andrajoso lleno de pinchos más altos que él mismo, - hm, definitivamente esta no es mi casa - pensó Eldran - ¿me habré quedado sin raiz de mandragora?. Rebuscó por el suelo en busca del ingrediente y enseguida apareció el característico hilo rojo que delata la presencia del ingrediente, pero cuando tiró fuertemente del hilo se encontró sentado de culo en el suelo con las manos rojas... y llenas de sangre. - ¡Sangre!, eso no es mandragora - pensó horrorizado - es ¡un intestino!.

    Mientras intentaba contener las arcadas que le subían por la boca del estómago, escuchó una fuerte voz a sus espaldas que le saludaba - Buenas tagdes, extgangego - Eldran se dió la vuelta sobresaltado y se quedó sin habla, delante de él había un horrible orco peludo de más de dos metros.. ¡con gafas de leer y peluca de magistrado!.

    - No estamos acostumbgados a ggecibig visitas tan tempgano, ¿qué te tgae a nuestga humilde fogtaleza?. - Como Eldran no respondía, el orco continuó - Oh, pageces sogpgendido mon ami, supongo que no es cogtes que te geciban sin pgesentacion, yo soy monsieur de L'axe y estás en el fogtin ogco de la luz claga. - Eldran estaba estupefacto, no sabía que decir, ¿orcos ilustrados?, esto debía ser una pesadilla y todavía no se había despertado, se golpeó la cabeza duramente contra el suelo intentando borrar la horrible visión, pero esta no desaparecía.

    - ¡Esta bien! - gritó Eldran - ¡si esto es una broma del Gran Mago por lo del Kraken ya es suficiente!.
    - Oh, de ninguna manega monsieur - dijo el orco mientras masticaba una cola de gato - pgobablemente esta usted acostumbgado a las bagbagicas costumbges de nuestgos ancestgos, puede leeg sobge ellas en nuestga hegmosa biblioteca.
    - ¿Biblioteca?, ¿de libros?, ciertamente estoy sorpendido - Eldran no podía dar crédito.
    - Oui mon ami, tenemos hegmosos volumenes como el Tomo de Togneos de Tginsic de Tone, o la Grand Cuisine del chef Sombgegi.
    - Bien - pensó Eldran - aquí tengo una oportunidad de pasar un buen rato.
    - Amigo de l'Axe, disculpa mi falta de modales, me llamo Rorgan de Brit y parece que estoy extraviado, si no fuera mucho abusar de tu amabilidad agradecería que me facilitaras unos ingredientes para continuar mi viaje hacia mi humilde hogar en el barrio comercial de Britain. A cambio de esta generosa acción os extenderé un vale intercambiable por el objeto de valor que deseeis de mi hermosa tienda.
    - Oh! C'est fantastique mon ami! - exclamó el orco entusiasmado - acompañame a nuestga despensa donde podgas disponeg de todo lo que necesites.

    Caminaron por un sendero camuflado entre los pinchos y tras cruzar un enorme portón metálico flanqueado por dos guardias orcos, que no parecían muy ilustrados, entraron en una estancia que despedía un penetrante aroma a mil especias, allí Eldran dispuso de todo a su gusto, rellenó la bolsa de ingredientes, fabricó una hermosa poción de color violeta que depositó cuidadosamente en su zurron de estilo victoriano, y se encaminó con su anfitrión hacia la biblioteca, para apreciar tan magna joya, cuando por fin estaban dentro Eldran se despidió de monsieur de l'Axe.

    - Amigo orco, muchas son las disputas que han separado a nuestras razas anteriormente, pero en nombre de nuestra nueva amistad te entrego este vale con la dirección de mi local, donde espero encuentres todo a tu gusto.
    - Oh, muchas ggacias amigo, espego vegte pgonto.
    Eldran puso una media sonrisa, hizo un pase mágico y mientras su silueta se iba tornando incorpórea, alcanzó a lanzar la hermosa poción de color violeta que se estrelló ruidosamente contra el suelo y produjo una niebla anaranjada que se iba extendiendo por el local.
    - ¡Sacre Bleu! - exclamó el orco asustado - de la niebla surgían hordas de ratoncillos que se estaban comiendo todos los libros de la bilbioteca.
    - ¡Maldita plaga de humanos Bgitanos tgaidoges! - gritaba mientras su piel se ponía de color morado - ¡Dad la alaggggma!, ¡AGGASAGEMOS BGITANIA!

    ¡BOM! - Con un chispazo Eldran se materializó en medio de un sembrado.
    Escuchó un grito a lo lejos - ¡Devuelveme mi Gallino!.
    - Oh no - pensó - ya empezamos de nuevo...

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