Bien, aquí esta mi cuarta historia, tan larga como la tercera y con más protagonistas. Espero que os guste a todo el mundo y como prometí iré añadiendo mas gentes de Sosaria!.
Esta vez se la dedico a todo el mundo que me ha apoyado, que las ha leido con entusiasmo desde el principio y han tenido afán en pedirme nuevas, gracias a todos.
En especial a los clanes Dark Spirit, Moonglow (su conde :Þ) y diversos integrantes de Revenge. Me quito el sobrero de maga por todos vosotros
-“Hummmm…., no tienes pinta de haber luchado nunca en serio, joven muchacha” – Contestó una de las siete figuras siniestras que encontraba delante de SiGRaM, en lo alto de unos escalones en pos de autoridad.
Y es que, hacia escasos minutos que Lord RuNNeR había partido al cometido asignado con su corcel espectral, dejando con los demás líderes a su neófita maga pirotécnica. Así pues, la joven se sentía cohibida y asustada al estar rodeada de unos hombres los cuales vestían de forma parecida a RuNNeR, ocultando sus pertrechos con túnicas raídas de un color negro y blanco y dando ese aspecto tan sepulcral.
Uno de ellos, tras no recibir respuesta de la mujer rubia que tenía delante, decidió quitarse la capucha, parecía que su intención era dar algo mas de humanidad a la situación. En un intento vano de un acercamiento mas personal, con paso tenue pero tan firme que hacía retumbar toda la estancia de piedra la cual estaba casi vacía salvo por las telarañas de las paredes y algún mueble podrido, no consiguió nada por su beneficio. Dentro de lo que cabe es normal, si una persona que va vestida con un traje que suelen llevar los espíritus se quita su capucha para enseñarte un rostro castigado por innumerables encontronazos con enemigos, es difícil decir que sea cómodo para una chica de la capital del reino de Sosaria.
En cuestión el hombre, entrado en años, mostraba una cara bien cuidada, algo mal afeitado pero cuidada. Lo único que hacia que su semblante fuera siniestro era una cicatriz que atravesaba toda su mejilla izquierda, por delante de su ojo, dando a ver que le perdió en alguna cruenta lucha.
-“No soy muy dicho para las palabras, pero no hace falta que te asustes de nosotros niña, estas entre amigos”- Y una mano se extendió a SiGRaM.
Con esa avidez felina que había desarrollado la muchacha los últimos meses con RuNNeR, pudo deducir rápidamente que se trataba de un mago, estaba claro que la manufactura de su armadura de escamas de Wyrm decantaba mucho a favor de sus habilidades para las artes arcanas. Sin duda se encontraba delante de alguien poderoso, no se puede decir todos los días que alguien matara un Wyrm para pertrecharse algo de tanto valor en el mercado.
-“Gra…gracias señor…” – Por fin pudo vocalizar la maga.
-“¿Sabes que es Revenge, niña?”- Le respondió rápidamente la figura que tenia delante.
Aunque SiGRaM intuía algún tipo de trampa lingüística, prefirió contestar lo obvio antes que jugársela con aquel hombre.
-“Pues se que es vuestra hermandad, mi señor, a la cual quiero entrar” – Replicó.
Una sonrisa se dibujó entre las arrugas del rostro de aquel hombre, incluso su cicatriz se dobló hasta tomar también la forma siniestra de una sonrisa, era como si esa persona se esperara esa respuesta tan obvia.
-“Revenge…Vendetta…¡VENGANZA!, eso es lo que somos, somos espíritus vengativos, nuestro cuerpo solo busca la venganza. Tiempo atrás fuimos avergonzados y repudiados, nos unimos y volvimos. Para nosotros, la venganza, lo es todo, nos alimenta, nos despierta cada mañana, nos mueve y se apodera de nuestro poder…Tienes que ser capaz de sentirla, maga del fuego, y veras como tu cuerpo se volverá mas poderoso y pleno…” – Y así dijo aquella persona alzando entre los pliegues de sus ropajes la mano al cielo en pos de magnificar sus palabras. Su ojo derecho, el unico que todavía podía ver, mantenía su mirada clavada contra el techo de la estancia, Lord Thaed era todo un ejemplo de terror psicologico.
Las otras 6 figuras observaban impasibles, sin moverse siquiera del sitio, es como para ellos no estuviera pasando aquello, como estatuas en aquella sala. Pero SiGRaM sabía de sobra, que desde lo hondo de sus oscuras capuchas, había unos ojos que la observaban. Cada movimiento, cada latido, cada gota de sudor frío que recorría su frente era sentido por aquella gente, lo que para ella significaba una situación asfixiante.
-“Mi nombre es Zefar Thaed, y soy uno de los ocho líderes de revenge, experto en la magia de combate…” – Acabó su recital de palabras.
-“¿Magia de combate?, esa disciplina no existe señor Thaed, usted sabrá de sobra que existe la magia curativa, la mag…” – Empezó a enumerar SiGRaM dando a entender que sabía y de sobra que era un mago.
-“¡Basta!, se de sobra los estilos de la magia, eres tu la que no sabe lo que es la vida en sí. Ya sabrás de sobra por Lord RuNNeR que nosotros luchamos contra la alianza, seguidores del Rey Arnold. Ellos tienen toda Sosaria para reclutar gente para luchar, nosotros solo tenemos nuestra pequeña ciudad de Delucia, así pues, cada guerrero, mago o lo que sea de la Triada del equilibrio, ha de saber luchar como diez perros del Rey. En tu caso, deberás aprender todos los estilos de la magia, sea por más o por menos, aparte de saber defenderte en combate cuerpo a cuerpo…” – Empezó a explicarle Zefar a SiGRaM.
-“¿En combate cuerpo a cuerpo?, soy una maga, nadie se acercará tanto a mí” – Contestó SiGRaM cruzando los brazos en pose de desapruebo.
-“Hum….. ¿y si estas en una cueva o lugar cerrado con un espadachín de la alianza?, también podrás mantener la concentración en tus conjuros y no acabar muerta?. Recuerda niña, que yo llegue mucho antes que tu aquí, se lo que es luchar ahí fuera. Montones de los cadáveres de nuestros hermanos de sangre cubren las llanuras Sosarianas como para demostrar que nuestros métodos son los correctos para sobrevivir, y no los que tu conoces. Asi pués, esta será tu prueba de iniciación, si sobrevives…” – Y una sonrisa volvió a salir de su cara – “podrás formar parte de nuestra orden. Hermano Ares, haz los honores por favor” – Terminó de explicar Zefar
Una de las seis figuras restantes bajó los escalones, el ruido metálico de su armadura empezó a rechinar en los oídos de todos, al apartarse el gorro pudo verse el rostro de una persona más bien joven, aunque algunas canas del pelo delataban que no era un crio.
“En guardia SiGRaM, no tendré ninguna piedad con vos, joven dama” – Contesto Ares obviando las presentaciones.
Y a SiGRaM aquello le pareció fascinante, tanto que enseguida su pavor característico del día, se transformó en ansia de que sus anfitriones pudieran ver el entrenamiento de días atrás. Pero aquello no era bueno, y es que centrarse en una sola cosa nunca fue bueno. En ningún momento se percató de que los cinco lideres restantes de la hermandad junto a Lord Thaed se alejaron y rodearon a los dos contendientes musitando unas frases arcanas a la vez que agachaban su cabeza y juntaban las manos de una forma que dejaba los dos dedos índices señalando al techo de la estancia.
Mientras todo aquello ocurría, Lord Ares sacó de debajo de los pliegues de su túnica un hacha de combate de gran tamaño, tan grande que parecía imposible que ese hombre fuera capaz siquiera de levantar aquello del suelo. Pero si que lo levanto, tanto que parecía estar manejando el palo de una escoba, es como si formara parte de su propio cuerpo y que fuera algo natural en él. Aún con todo ese despliegue de fuerza bruta SiGRaM ni se inmutó, de hecho la máxima que hizo fue calarse su sombrero rojo de maga a la vez que apartaba su capa del mismo tinte y esperar la salida para empezar a combatir.
“Podéis empezar…”- Dijo con desdén y apremio la figura de Zefar a la vez que juntaba los dedos como sus compañeros y empezaba a musitar las mismas palabras que sus compañeros.
En ese momento SiGRaM se dio cuenta de que no era ningún tipo de juego, aquel hombre que se encontraba enfrente no iba a tener piedad. Cargo contra ella, sin musitar ningún tipo de grito o voz fuerte, era como si para el fuera una pelea mas de miles, todo un ritual técnico de lucha. En aquel momento, nuestra joven maga sonrió, para ella no había nada mejor que un guerrero viniera frente a frente, así podría darle de lleno con una de sus bolas de fuego.
Empezó a conjurar y….algo fallo, después de pronunciar las palabras mágicas y desmenuzar los reagentes mágicos pertinentes entre sus manos una pequeña humera gris y negra apareció en forma de zarcillos mágicos entre sus dedos, nunca antes le habia ocurrido nada de esto. Volvió a intentarlo, pero para desgracia de ella consiguió el mismo resultado que la vez anterior, su mirada segura empezó a derrumbarse en pos de unos ojos llenos de terror, Ares venía y no parecía que lo hiciera en broma. Justo en aquel momento se percató de que el consejo Revenge estaba haciendo algo malo, sentía como la magia se escapaba de su cuerpo por las yemas de los dedos, como cuando una persona se ducha y el agua cae por sus extremidades.
Pero al final su cuerpo reaccionó, mucho mas por puro instinto de supervivencia que por reflejos de combate, consiguió elaborar un salto muy tosco hacia un lado esquivando a duras penas el hachazo que se venía encima por parte de su contrincante.
-“Veo que esta dormida señorita, no se preocupe, yo la ayudaré a despertar. A partir de ahora iré en serio” – Dijo Ares con una siniestra educación.
-“¿Estáis locos?, ¡Bloqueáis mi magia!, ¿Como se supone que voy a combatir?”- Replicó en aquel momento la maga piromántica con el pelo alborotado y ojos como platos mientras su sombrero rojo volaba por la estancia del aire desplazado por el golpe de Ares.
-“Con esto…” – Y el tuerto mago arrojó un gran escudo de torre al cuadrilátero mágico.
Apresuradamente SiGRaM se tiró en plancha a por el, sin saber muy bien como usarlo, o mas bien como moverlo, por puro instinto supo que era mejor que estuviera eso entre el hacha y ella. El propio escudo acompañaba a su sensación de frió, estaba hecho de algún material que por extraño que pareciera, emulaba el propio hielo, incluso, a través de el, se podía ver las figuras del resto de la sala de una forma grotescamente deformada. Al poco tiempo de afianzárselo la joven arcana descubrió que aparte de un aspecto tan fantástico, tenía una resistencia increíble parando a duras penas un nuevo envite de su enemigo.
Una ida y venida de lances por parte del guerrero, demostraba que aunque no era muy corpulento, su cuerpo estaba en perfecta sintonía con el arma que manejaba. Aún así, a ojos de un experto como era Zefar se veía perfectamente que no estaba atacando con todo su potencial, si no más bien marcando a donde irían los posibles golpes de un verdadero enemigo.
Poco a poco, a medida que pasaban los minutos y a una velocidad verdaderamente vertiginosa SiGRaM empezaba a controlar aquello de recibir golpes, de hecho, alguna vez que otra vez ya empezaba a soltar algún puñetazo para defenderse, estaba claro que Ares dejaba partes claramente descubiertas, pero era su forma de enseñar, y por lo que parecía, funcionaba.
Poco a poco hilos de sangre empezaban a asomar entre los ropajes de la señorita del fuego, incluso por la comisura de los labios empezaba a mostrar su noble linaje. Sus ojos, tornados ya en ira, empezaban a demostrar que ella estaba entendiendo el alma de Revenge, su cabeza empezaba a funcionar como una complicada maquinaria bélica calculando las posibilidades y variables del combate. Su mente solo visualizaba a su enemigo, y su enemigo solo la visualizaba a ella.
Tubo un plan, su leve sonrisa mientras se apartaba con la manga de su brazo izquierdo la sangre de la cara a la vez que sujetaba el escudo con el brazo derecho la delataba. Su posición de combate cambió de una postura protectora y tímida como era al principio a una agresiva y lista para luchar, como cuando iba a empezar a empezar el duelo y no sabía que había un bloqueo mágico. En ese momento, y esperando un momento de flaqueza en su armado enemigo guerrero cargó contra el con su escudo sin que lo esperara mucho. Más bien por la sorpresa del golpe que por la potencia de este ambos salieron volando fuera del circulo de protección. Con una cara de sorpresa por parte de todo el mundo SiGRaM, justo cuando recobro la compostura, se subió encima del guerrero y empezó a conjurar un conjuro igneo.
-“Me rindo…”- Musitó con una sonrisa Ares mientras chisporroteaba cerca de su cara la mano de la maga.
De un momento a otro, el rostro de SiGRaM pasó de una expresión de violencia a toda una muestra de alegría. Sus ojos mostraban que se sentía dentro de aquella hermandad, y estaba claro que las sonrisas de sus espectadores así lo confirmaban. Ares se levantó del suelo riéndose todavía sobre el último movimiento inesperado de ahora, su neófita compañera mientras se sacudía sus ropajes.
-“¡Bien!, ¡Genial!, Lord RuNNeR tenía razón, el sabia que podía…”- Empezó a decir la nueva integrante de Revenge mientras saltaba de alegría. De un momento a otro paró al darse cuenta de que sus doloridos huesos y músculos dijeron basta.
-“Prepárate maga piromántica, tienes una semana para descansar y perfeccionar tus nuevas artes. Cuando vuelva tu maestro, partiremos a la ciudad condal de Yew, territorio de la Alianza…hay a una hermana que tenemos que rescatar”- Cortó Zefar de golpe la poca alegría mostrada por SiGRaM en mucho tiempo.
-“Ese escudo es un regalo, cuídale y el te cuidará a ti, ya habrás notado que te servirá para mucho en nuestras batallas. Espero que des la altura.” – Completó Lord Ares las palabras de su compañero consejero.
-“Esta bien, no os fallare, rescataremos a esa mujer…”- Contesto a sus contertulios con una voz completamente tajante y diferente a la anterior mostrada por ella.
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, muy buena historia, felicidades por tus historias!.
