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Tema: la teoria del caos

  1. #1
    Avatar de BorisGrushenko
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    la teoria del caos

    Esto es una historia que se me ha ido ocurrido sobre la marcha, que voy a incrustar en un marco de UO, a ver si les gusta.


    El otro día, hablando otra vez de ella, volvieron a llegar los fantasmas. Volvió a aparecerse su bello rostro dentro de mí. Tengo grabada su presencia en mi cabeza al rojo vivo, su rubio cabello, y su boca, ah, su boca... Con sus manos metiendo agua en una vasija, y sonriendo. Me gustaría poder recordarla sin sufrir. Y de eso mismo iba la conversación.

    -Verás, Samuel, da igual lo que te diga. No vas a conseguir olvidarte de ella por mucho que te insista la gente, tiene que salir de tí. Sal más, sal de éste pueblo de mala muerte. Visita la capital, en estos tiempos, los hombres han ido al norte a buscar la guerra, y se han quedado muchas mujeres solas. Un clavo saca otro clavo, Samuel.
    -Eso es cierto, chico. Ve allí, y busca algo nuevo. Eso, o te quedas aquí muriéndote de asco...

    Lalas y Velpo. Se podría decir que eran los dos únicos amigos que tenía en esa asquerosa villa. La villa donde conocí el amor de mi vida, y donde lo perdí. La villa que, evidentemente, iba a tener que abandonar.

    -Samuel-dijo Lalas,colocando su jarra ya vacía en la mesa.-Si no te quieres ir, búscala.
    -¿Que la busque? Tu estás loco, no te acuerdas como acabó la cosa o qué...-dije.
    -Pero tu no sabías que ese bastardo no se había muerto en la guerra, ¿cómo lo ibas a saber?
    -Me voy a tener que ir, Lalas. Antes de conocerla, mi vida estaba en orden, todo iba bien. Apareció ella, y trastocó mi vida, haciéndola maravillosa. Pero ahora que se ha ido, lo ha dejado todo patas arriba, todo es un caos, es un descontrol. Necesito encontrar el orden, y va a ser lejos de aquí.

    ---------

    Me desperté nervioso, impaciente, había dormido a rachas. Coloqué los últimos fajos y las bolsas más pequeñas sobre mi caballo, y decidí partir.
    Nadie vino a despedirme, pero, al fin y al cabo, no me hacía falta. Si me iba era por algo. Estaba bien no sentir pena en ese momento, me ahorraría el sentir nostalgia más adelante.

    Ya llevaba unas horas de camino, cuando sentí una presencia detrás. Pensé que tal vez serían animales, pero, los habría oído. Mantuve la esperanza, la infantil e irracional esperanza de que allí estuviera mi amor, pero no. Lo más cuerdo era pensar que estaban vigilándome.

    No le eché cuentas, y seguí mi camino, pensando en cómo empezaría en Britain. Una ciudad tan grande, y tantas opotunidades para un solo hombre. No me alistaría, y si llegase la guardia a reclutar levas, me marcharía inmediatamente de nuevo al sur. Pero, si todo iba bien, pronto estaría talando trabajando como proveedor de alguna buena tienda.

    Volví a sentir que había alguien, y oía movimientos extraños a mis flancos y por detrás. Detenerme no serviría de nada. Es falso el viejo mito de que todos los hombres de los bosques saben luchar. Yo sólo sabía talar, trabajar, y beber. Si eran bandidos, les iba a tener que dar todo lo que tuviera encima para poder salvar mi vida.

    Una gran tienda. Alguien me contó una vez que cerca del banco, había un pequeño edificio donde se cerraban todos los grandes tratos, y se apalabraban acuerdos que luego iban a las demás ciudades de Sosaria, para refrendarse por los que tuvieran competencia. Me encantaría algún día dirigir algo de eso, pero bueno, ya estaba imaginando demasiado. Cómo iba a echarla de menos. Cómo la iba a extrañar...

    De repente, sentí un frío inmenso. Un dolor punzante, se me clavó en el centro justo de la espalda, y me lanzó al suelo, haciendome caer boca arriba, y clavándome el objeto aún mas. Pero no sentí dolor.
    Estaba acostado boca arriba. Una flecha. Me habían disparado por la espalda.
    No tardaron en llegar, eran 3 hombres, creo que hablaban, pero yo no les oía. Estaba demasiado pensativo, pensando en qué sentía en aquel momento.
    Estaba paralizado. Me faltaba muy poca vida en las venas. No sabría explicar cómo me sentía, era tan extraño, me sentía tan etéreo, tan volátil. Como si fuera un uno con la hierba sobre la cual estaba acostado.

    Vi con el rabillo del ojo como degollaban a mi caballo, y lo saqueaban. A mí no me echaban cuentas, parece que el único que no se había dado cuenta de que estaba muerto, era yo.
    Pero, entonces, tuve un momento de lucidez. Y ví que mi vida se pasó por delante mía, en un par de segundos, lo recordé todo, y comprendí, ya lo comprendí todo. Hasta que algo no deja de doler, no puedes empezar a olvidarlo. Y sonreí al fin, y expiré.

  2. #2
    Avatar de Javi_uo_
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    Respuesta: la teoria del caos

    Buenisimo el relato.

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